Karma

La semana pasada, de no ser por el calor y por el peso del violoncello nunca hubiésemos hecho dedo para ir al centro, y de no haber hecho dedo nunca hubiésemos conocido  a la familia chino malaya más hermosa del mundo. Y de no haber conocido a esta familia nunca hubiésemos venido a su pueblo.

Compartimos un corto viaje con ellos hasta el centro de Melaka, les contamos un poco acerca de nuestro viaje y antes de despedirnos les dejamos nuestro número de teléfono (ahora que tenemos celular nuestra vida es más sencilla, no lo vamos a negar!). Después de tres días pensamos que esta familia probablemente ya se había olvidado de nosotros.

Por suerte, no!

Estando en Singapur nos suena el teléfono. Era Low, el padre de la familia. Nos ofrece ir a buscarnos hasta la frontera y pasar unos días con ellos en Batu Pahat, Malasia. A pesar de que Singapur nos encantó y nos hubiese gustado quedarnos un par de días mas no íbamos a rechazar esta invitación! Nosotros supusimos que él tenía que viajar por trabajo y aceptamos enseguida.  Una vez en el auto nos morimos de vergüenza al darnos cuenta de que él había usado su domingo libre y viajado casi 6 horas solo por nosotros.

Desde el momento en que llegamos a su casa su mujer Li Siang, su hija Sherry y sus 7 perros también nos recibieron de la mejor forma posible.

Como el cuerpo es sabio, yo decidí enfermarme acá…y Li Siang me cuido como una madre. Me compro un té “remedio” chino, me preparo sopa y también me calentó el agua con la pava para que me pueda dar una “ducha” caliente (mejor dicho baldazos calientes).

Durante los 5 días que pasamos con ellos se encargaron de llevarnos a comer y hacernos probar toda clase de platos típicos vegetarianos y muchísimas frutas exóticas.

Muchas veces sentimos que era demasiado lo que ellos hacían por nosotros, nunca aceptaron que paguemos nada y no tenemos forma de recompensar lo mucho que hicieron y lo bien que nos trataron.

Ellos dicen que es el KARMA, y que todo vuelve.

Tai Chi Chuan